Izquierda Socialista de Aragón
Ante el Plan de Reestructuración Industrial de las factorías de Opel Europa presentado por el grupo empresarial austro-canadiense Magna junto con el banco ruso Sberbank que prevé el despido de aproximadamente 11.000 trabajadores y que afecta a la planta zaragozana de Figueruelas donde la reducción de plantilla afectaría a entre 1.672 y 2.090 empleados), consideramos, desde la Corriente de Opinión Izquierda Socialista del PSOE-Aragón que,
1.- la acción sindical debe ser conjunta y coordinada entre los trabajadores de las plantas situadas en Alemania, Bélgica, Hungría, Gran Bretaña, Polonia y España con el triple objetivo de:
- rechazo al cierre de plantas como el que hoy amenaza a la existente en Amberes.
- rechazo a los despidos forzosos de trabajadores
- reparto equitativo de la producción entre las distintas plantas de Opel-Europa.
2.- Impulsar la negociación de un nuevo Plan Industrial menos rígido que el actual que garantice el empleo y la producción y que se rija, fundamentalmente por criterios de eficiencia empresarial y no se someta, como ahora ocurre, a los intereses políticos de Alemania.
Por lo que afecta a la factoría de Figueruelas, cuyo peso en el conjunto de la economía aragonesa es muy importante, y de la que dependen de forma directa e indirecta 25.000 empleos si tenemos en cuenta las 94 empresas auxiliares que trabajan para Opel en Aragón, resulta fundamental el repartir la carga de una futura reestructuración con arreglo a criterios exclusivamente industriales. Resulta una absoluta injusticia que Figueruelas, la planta más eficiente, la de mayor calidad y volumen de producción, la factoría considerada como referente de General Motors Europa, sufra una tan drástica reducción de sus trabajadores, siendo el 13 % de la plantilla total europea de la multinacional, produce el 28 % de los automóviles de Opel Europa.
3.- Izquierda Socialista, considera que en Europa, al igual que en EEUU, la quiebra de la industria del automóvil, dependiente de las multinacionales requiere de una profunda crítica.
El Presidente Zapatero coincidiendo con el mandato de España, en la Presidencia de la Unión Europea, tiene una buena oportunidad, de impulsar el cambio de modelo productivo, por ello, podría plantearse que las producciones futuras de automóviles que reciban fondos públicos, deban de dedicar parte de estos a la investigación e innovación en prototipos que emitan menos cantidades de CO² o en la fabricación a precios competitivos de coches eléctricos no contaminantes.
Requerimos una nueva industria del automóvil europea, modernizada y donde la intervención del Estado cumpla las siguientes condiciones:
1ª) La Unión Europea, impulsará una transición gradual, no traumática del sector y, para ello, debe hacerse una acción coordinada de los gobiernos y de las instituciones europeas.
2ª) El estado español, facilitará la viabilidad y mantenimiento de la industria automovilística, mediante fondos de rescate, y consecuentemente el estado formará parte del accionariado, vía nacionalización de la parte que le corresponda.
3º) Política salarial. Los contratos blindados, indemnizaciones y sueldos millonarios de los directivos, desaparecerán. La diferencia salarial, entre el trabajador de la factoría que menos cobre, y el más alto ejecutivo estará entre 1 y 20 veces superior (ahora es de 1 a 1.000), no pudiendo sobrepasarse ese tope.
1.- la acción sindical debe ser conjunta y coordinada entre los trabajadores de las plantas situadas en Alemania, Bélgica, Hungría, Gran Bretaña, Polonia y España con el triple objetivo de:
- rechazo al cierre de plantas como el que hoy amenaza a la existente en Amberes.
- rechazo a los despidos forzosos de trabajadores
- reparto equitativo de la producción entre las distintas plantas de Opel-Europa.
2.- Impulsar la negociación de un nuevo Plan Industrial menos rígido que el actual que garantice el empleo y la producción y que se rija, fundamentalmente por criterios de eficiencia empresarial y no se someta, como ahora ocurre, a los intereses políticos de Alemania.
Por lo que afecta a la factoría de Figueruelas, cuyo peso en el conjunto de la economía aragonesa es muy importante, y de la que dependen de forma directa e indirecta 25.000 empleos si tenemos en cuenta las 94 empresas auxiliares que trabajan para Opel en Aragón, resulta fundamental el repartir la carga de una futura reestructuración con arreglo a criterios exclusivamente industriales. Resulta una absoluta injusticia que Figueruelas, la planta más eficiente, la de mayor calidad y volumen de producción, la factoría considerada como referente de General Motors Europa, sufra una tan drástica reducción de sus trabajadores, siendo el 13 % de la plantilla total europea de la multinacional, produce el 28 % de los automóviles de Opel Europa.
3.- Izquierda Socialista, considera que en Europa, al igual que en EEUU, la quiebra de la industria del automóvil, dependiente de las multinacionales requiere de una profunda crítica.
El Presidente Zapatero coincidiendo con el mandato de España, en la Presidencia de la Unión Europea, tiene una buena oportunidad, de impulsar el cambio de modelo productivo, por ello, podría plantearse que las producciones futuras de automóviles que reciban fondos públicos, deban de dedicar parte de estos a la investigación e innovación en prototipos que emitan menos cantidades de CO² o en la fabricación a precios competitivos de coches eléctricos no contaminantes.
Requerimos una nueva industria del automóvil europea, modernizada y donde la intervención del Estado cumpla las siguientes condiciones:
1ª) La Unión Europea, impulsará una transición gradual, no traumática del sector y, para ello, debe hacerse una acción coordinada de los gobiernos y de las instituciones europeas.
2ª) El estado español, facilitará la viabilidad y mantenimiento de la industria automovilística, mediante fondos de rescate, y consecuentemente el estado formará parte del accionariado, vía nacionalización de la parte que le corresponda.
3º) Política salarial. Los contratos blindados, indemnizaciones y sueldos millonarios de los directivos, desaparecerán. La diferencia salarial, entre el trabajador de la factoría que menos cobre, y el más alto ejecutivo estará entre 1 y 20 veces superior (ahora es de 1 a 1.000), no pudiendo sobrepasarse ese tope.
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