Dado que el desempleo es la preocupación primera de los españoles, los esfuerzos de quienes toman las decisiones deben encaminarse sin excusa alguna a reducirlo. Dado que es inaceptable mantener más de cuatro millones de personas sin trabajo, más de una de cada cinco de cuantas desean trabajar, el vértice último de las políticas económicas debe ser la generación de nueva ocupación. Aunque esta crisis no es como la de los ochenta o los noventa, no está demás ensayar de nuevo con las fórmulas que dieron buen resultado entonces, incluso de forma más intensa, dado que otras herramientas de acompañamiento no están permitidas
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