El modelo alemán de reducción de jornada supone un sacrificio solidario de los trabajadores que también cobran menos, pese a recibir un subsidio público. Los negociadores que representan a empresas españolas advierten de la oposición que encuentran en las plantillas a propuestas similares. Salvador del Rey pone como ejemplo algún caso de aplicación de un ERE para despedir a una parte de la plantilla por "la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el comité para rebajar la jornada y los salarios". Pero los datos del paro en Alemania, donde solo ha subido del 7,3% al 7,6%, muestran el éxito.
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