miércoles, 25 de agosto de 2010

1.2. Fuenteovejuna, el secreto japonés.

Viene del texto: Del blanco al amarillo.
http://paradosenmarcha.blogspot.com/2010/08/del-blancoal-amarillo.html

Japón, fue desarmado tras su derrota en la II Guerra Mundial. Los generales no aceptaron, su respuesta....30 años: reconversión vía civil-industrial, golpear el corazón del automóvil, superar a los EEUU para humillarlos y ser nº 1, para demostrar su poderío ante el mundo.

La estructura de la industria japonesa, se caracteriza por la existencia de seis grandes grupos de sociedades basados en relaciones de afiliación y cooperación. La cohesión de estos grupos, se ve reforzada por las relaciones privilegiadas, que las empresas miembros mantienen con la banca y la sociedad de comercio general del grupo. Representan el 15 % de la actividad de las sociedades niponas y poseen un activo correspondiente al 25% del montante nacional. Los seis grandes grupos (Big Six) emplean el 4% de la población activa: Mitsubishi (150 sociedades), Mitsui (110), Sumitomo (130) Fuyo (130 sociedades dependientes de la Fuji Bank, Daiichi Kangyo (90) y Sanwa (100 sociedades).
Posteriormente, se han creado otros grupos más modestos que se rodean de otras empresas- satélite ligadas por vinculos jurídicos o participación de acciones: Hitachi ligada a dos de las Big Six 668 filiales, Matsushita Electrical Industrial tiene 311 filiales (150.000 empleados), Toyota posee 13 filiales directas.

Matsushita Electric Industrial Corporation, declaraciones del fundador Konosuke, al catedrático Philip Kotler:

“Vamos a ganar y el Occidente industrializado va a salir perdiendo; no puede hacer gran cosa al respecto porque las causas de su fracaso están en ustedes mismos. Sus empresas están basadas en el modelo taylorista, y lo que es todavía peor, también lo están sus mentes. Están firmemente convencidos de que los directivos se deben ocupar de pensar y los trabajadores de poner clavos. Su esencia es sacar las ideas de los directivos y aplicarlas a las tareas de los trabajadores. Nosotros hemos ido más allá del modelo taylorista. Somos conscientes de que los negocios se han hecho muy complejos, la supervivencia precaria y el entorno cada vez más impredecible, competitivo y peligroso; por eso la permanencia de las empresas depende de la movilización diaria de cada gramo de inteligencia”.

Los japoneses, contraponen fiabilidad, frente a la cantidad de los americanos. Los sesudos ingenieros, de todas las multinacionales americanas, vivían en “un sin vivir”, presas del pánico y la ansiedad. Preparaban finas estrategias, de espionaje industrial, que fracasaban, ante el blindaje y hermético mundo empresarial nipón, en un desconocido y estratégico, nuevo teatro de operaciones, guerra comercial, frente a guerra militar convencional.

Drucker, rinde a sus pies, a los “ingenieros”, los humilló y los reconvirtió. Sencillamente, los motores americanos, obsesionados con producir más, tenían un talón de Aquiles, “fallos de calidad”. El mundo ya no gira en torno a Departamentos de Producción ni a las empresas. Los japoneses se convierten en pioneros, y cuartel general de un nuevo capitalismo.....”El CONSUMIDOR ES EL REY “.

Según los nipones, los gustos, los colores, los diseños, los estilismos, las velocidades máximas, los ahorros en el consumo, la seguridad, el precio, y todo lo que significa la venta y los servicios de post-venta, en una palabra, perfeccionar todos los detalles, pensando en la satisfacción de las necesidades, están marcados y los dirigen los propios consumidores. El que compra manda en el mercado, quien no se somete, a esta regla, cae por ley de la competencia.
El consumidor, es variable, influenciable e infiel por naturaleza, se va con el que más le ofrece, el que más le gusta, el que tiene un precio más económico, mejor calidad, mejores servicios post-venta, quien le hace gastar menos gasolina, el que tiene más velocidad y seguridad. Los americanos, producían potentes vehículos diesel, pero parecían tanques (por su enorme tamaño), y hay que tener en cuenta, que en las ciudades, el espacio de aparcamiento es un grave problema, si los coches son grandes. Los vehículos de gasolina, eran muy veloces, pero consumían el triple de gasolina, que un japonés, y el precio de la gasolina, pesa mucho a final de mes.

La mejora de los productos estándar casi siempre se apoya en un coste importante, y en ventajas en el precio, que son producto de las economías de escala y de los efectos de experiencia asociados con mayores volúmenes de producción.
Los fabricantes japoneses de máquinas de moldes con inyección de plástico, producen unas diez veces más que el volumen de las empresas alemanas. Todas las empresas que operan en un mercado exclusivo, se arriesgan a no tener asegurada su ventaja competitiva actual en un futuro. Es lo que le pasó en esencia a Mercedes Benz y a BMW a principios de los años 90, cuando se vieron atacadas por coches de lujo japoneses más baratos, como el Lexus o el Infinity.
Al observar la posición competitiva de los productos alemanes en Japón, calidad del producto es lo más importante seguido por el servicio y la entrega en los lugares. Los productos alemanes tienen una fuerte ventaja competitiva en calidad de producto, seguida de la imagen y la innovación. Pero la posición competitiva en servicio y entrega de los productos alemanes en Japón, es notablemente inaceptable.
La distancia kilométrica entre Alemania y Japón, que es la causa de ese punto débil, es irrelevante para los clientes japoneses, que exigen un servicio rápido y competente, además de una entrega puntual y flexible. Empresas con éxito en Japón (Binhold, Weinig, Heilelberg, Karl Mayer, Trumpf y Wella), no tienen la carga de inconvenientes que abundan en la empresa alemana media.

Los japoneses, instaurada la calidad en todas sus fábricas (% de fallos en sus motores insignificante), rozando la perfección en su producción y puesta a la venta. han opuesto su adelanto, basado en realizar muchas cosas mejor al de hacer una sola cosa mejor.
Aunque se enfrentan a la amenaza de Paul Binhold:
“jaque mate a los japoneses en Japón”.

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