sábado, 18 de septiembre de 2010

1.6.9. Afganistán

Viene de 1.6.7. Declaraciones de los líderes comunistas

La crisis desatada en 1980, por la intervención de la Unión Soviética en Afganistán, provocó sanciones del Gobierno Carter, que se extendieron al deporte (boicot Juegos Olímpicos de Moscú). Washington organizó una campaña señalando a la URSS enemigo del Islam, y proclamaron que era peligrosa para Pakistán, Irán etc. EEU, tenía la intención de instalar una red de bases militares en el Océano Indico, en paises de Cercano y Medio Oriente y en países africanos. Sostuvo fuerzas interiores de resistencia en Afganistán. Se suministró armas a Pakistán, no disimulando que por esta vía llegarían a la resistencia afgana, cuyas bases se instalaban en territorio pakistaní. Las visitas de Harold Brown ministro de Defensa de EEUU a la Rep. Popular China, de Chuang Chua ministro chino de Asuntos Exteriores a Pakistán y de lord Carrington, ministro británico de Exteriores a Pakistán parecen acciones coordinadas a favor de la resistencia afgana. El ejército pakistaní ayudó a dicha resistencia suministrando armas con sus barcos.
Un artículo del Wall Street Journal, indicó que Pakistán constituía una base de entrenamiento y refugio para 300.000 hombres. Said Mamad Gulazabal, ministro del Interior de Afganistán, acusó a Hefizullah Amín (Partido Islámico Afgano) y sus colaboradores de ser agentes de la CIA. Dijo que existían datos confirmados de que por orden de la CIA, Amín se había sublevado apoyándose en residentes en Pakistán. Con ellos y bajo la dirección del Partido Islámico Afgano quería dar un golpe de estado el 29 de diciembre de 1979. En este nuevo estado afgano, Amín sería el presidente. Ciertos círculos de Washington enviaron a Kabul la promesa de que, en caso de necesidad, los promotores del golpe de estado, serían sostenidos por las fuerzas armadas de EEUU.
Zbygniew Brzezinski, fue el hombre más influyente de los que rodeaban a Carter (Presidente en 1977). En entrevista al Washington Post (octubre 1977) declaró que incluso en caso de guerra nuclear mundial, perecería “sólo alrededor de una décima parte de la humanidad...Si tomamos en consideración esta cifra sobre el plano puramente teórico, debe decirse que no sería el fin de la humanidad”.
Recientemente, ha reconocido ser el creador de la red islámica afgana en 1980. Se trataba de tender una trampa y provocación a los soviéticos, para crearles un Vietnam, que iniciara la liquidación de la Unión Soviética. Una astuta y eficaz maniobra (los rusos invadieron Afganistán, antesala de su defunción), que efectivamente dió sus frutos; pero 27 años después “el bebé probeta talibán”, ya no es un movimiento de liberación nacional-antisoviético, sino que ha optado por “el expansionismo internacional”. Con la mayoría de edad, parece emanciparse (o eso nos quiere hacer creer), y no parece muy interesado por atacar al comunismo (ADN familiar). En el atentado de Nueva York el 11-S, Bush pica el cebo y mete a EEUU y a la Comunidad Internacional en la guerra de Irak. La internacionalización de los talibanes, arrastran al mundo a una nueva espiral de provocaciones y violencia, que da oxígeno a las teorías del complejo industrial armamentístico, (el 11-M en Madrid y otros...). El “eje del mal”, y la guerra al “terrorismo internacional”, impiden la distensión, y el desarme, al provocar constantes riesgos e inseguridad, elevando la tensión en todo el planeta, lo que favorece el militarismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario