La crisis mundial toca fondo, pero España sufrirá altas tasas de paro de larga duración hasta 2011
No es casualidad que en el plazo de unos pocos días haya llegado desde Estados Unidos, la OCDE y el Banco Central Europeo el mensaje prácticamente idéntico de que lo peor de la crisis económica mundial ha pasado y que se atisba una recuperación lenta, pero que por fin puede situarse a mediados de 2010. El optimismo de Obama y su portavoz Robert Gibbs está fundado en la desaceleración de la destrucción de empleo en julio, a pesar de lo cual la tasa de paro estadounidense en Estados Unidos permanece en el 9,4%; y las previsiones favorables avanzadas por la OCDE tienen en cuenta la mejora de los indicadores de sentimiento económico en los 30 países más prósperos. Hay, por supuesto, otros indicios esperanzadores. La evolución de las Bolsas, por ejemplo, o el retorno a los beneficios de la banca estadounidense, aunque sea con actividades propias de la denostada banca de inversión.
El debate que viene en otoño versa sobre cuál será el perfil de la recuperación. Tres billones de euros en planes de recuperación después, puede ser cierto que la economía estadounidense ha tocado fondo, por utilizar el símil al uso, pero lo más probable es que le quede todavía un tramo de fondo por recorrer antes de que la tasa de paro, medida fundamental de esta crisis, baje del 6%. La única buena noticia que se puede dar con certeza la transmitió recientemente el portavoz Gibbs: la amenaza de Gran Depresión ha desaparecido.
Pero si la economía estadounidense está tocando fondo en estos momentos (con tasas intertrimestrales en torno al 0% o ligeramente positivas) a la española le quedan cuatro meses en el mejor de los casos para estar en la misma situación. En 2010 y gran parte de 2011 la situación seguirá siendo mala: tasas de crecimiento muy por debajo del 2%, tasa de paro que probablemente no bajará del 17% en dos años -es probable que mejore en el tercer trimestre de 2009 para volver a empeorar en el último tramo del año-, alto desempleo juvenil y aumento del número de parados de larga duración. El presidente del Gobierno acepta este perfil cuando afirma con inusual moderación que "lo peor ya ha pasado, pero la recesión continúa". El fin de la recesión puede que esté a meses vista, pero el principio de la recuperación está muy lejos todavía.
El Consejo de Ministros del jueves examinará y quizá aprobará nuevos planes contra la recesión. Es una oportunidad de recapitulación. No todas las medidas anteriores son sensatas ni efectivas; pueden ser anuladas con la convicción de que no por ello se debilitará la protección de las rentas más bajas. Esto es particularmente cierto en la devolución de los 400 euros o en el cheque-bebé. Si se apuesta por una prolongación de la ayuda a los parados a los que haya vencido la prestación, lo propio sería establecer con precisión los límites del subsidio. Pero el punto fuerte han de ser las medidas de estímulo a la creación de empleo. En ellas está la esperanza de aliviar la presión que ejerce el desempleo sobre la estabilidad económica.
Fuente: elpaís.com
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